A la una, a las dos y a las tres

Hoy me encuentro tres cositas con las que hacer burla y escarnio del mundo que nos rodea. Me lo ponen tan a huevo...

1) Las ventas de cosméticos se disparan un 26,5% durante la crisis, sobre todo de marcas blancas. Lo dice AC Nielsen, una fuente altamente fiable. ¿Mis compañeras de género no tienen otra cosa que hacer en momentos financieramente críticos que comprar MÁS cosmético? (sí sí, menos caro, qué astutas...). De verdad, hijas, no me extraña que a veces haya quien dude de nuestras capacidades intelectuales. ¿No teníais otras cositas en las que invertir la pasta, dadas las circunstancias? ¿A parte de los topicazos que dicen que conducimos/aparcamos mal, no sabemos leer mapas, no tenemos ni repajolera idea de mecánica, nos pasamos hora y media arreglándonos, siempre llegamos tarde, etc etc, teníais que añadir esto? Dicen que durante la crisis de 1929 se dispararon las ventas de pintalabios y lo comparan con esto. Claro, como estamos en crisis, voy a afrontarla pintándome como una puerta, nice shot. Ains...

2) Francia denuncia a España por copiarle un submarino.
Digno titular, digno comienzo para una película de Berlanga. Yo creí que estas cosas no pasaban en el mundo real, pero pasan.

3) Ron Howard afirma que el Vaticano dificultó el rodaje de 'Ángeles y demonios'
Primero va un señor y escribe un libro, la iglesia se pone furiosa. Y después va otro señor y llega allí pretendiendo rodar una peli sobre un segundo libro del primer señor y que todo el mundo le deje pasar tan campante. ¿Está usted de broma, oiga? Me puedo imaginar a Howard con toda la parafernalia y flipando porque los del Vaticano le cerraban las puertas ("¡a mí! ¡que vengo a rodar una película desde Hollywood y soy ultraconocido!"), sin entender un pijo.

No entendería los principios en los que se funda el Vaticano para impedirle el paso, ni tampoco entendería las razones por las cuales El Vaticano armó la que armó cuando Dan Brown publicó el Código Da Vinci (libro que Ron Howard probablemente ni siquiera haya leído. De todas maneras, de haberlo leído lo más seguro es que no haya sido capaz de encontrar la razón por la que el Vaticano está tan cabreado, ni tampoco encontraría los múltiples errores históricos que hay en él, errores que Dan Brown, con una enorme caradura achaca al hecho de que es un novela de ficción...).

En suma... Howard no entiende nada pues su conclusión es "¿Por qué no me dejan rodar si la iglesia no ha perdido adeptos desde que se hizo la anterior película?" (claro, no hablan de libros, en Hollywood nadie lee, por lo visto), porque de eso se trata (allí el mundo funciona en términos de perder o ganar adeptos, ganar o perder beneficios, algo así. Lo de los principios, las inexactitudes, la moral y todo eso, da lo mismo).

Y miren que a mí todo este gran circo de la iglesia me da exactamente lo mismo. Pero hay una cosa que se llama respeto... y no se me ocurre escribir un librito sobre la vida de Ron Howard, o Dan Brown, incluir en él datitos ciertamente dudosos, que no les dejan muy bien parados, cabrearlos, y encima ir años después a cualquiera de sus domicilios a preguntarles si es que puedo ir a rodar mi versión peliculita sobre el gran bestseller. Realmente sería de idiotas.