May 17, 2009

El arte hecho puerco y alguna otra cosa más

Con este post (sí, por fín) doy por terminados mis parlamentos sobre el catarro de los cerditos.

Lo que van a leer apareció en prensa algún día de octubre de 2005, y no precisamente en la prensa amarilla. Lo rescato por casualidad entre los restos de uno de mis múltiples backups. Es de estas cosas que sabes... "algún día lo usaré, seguro". Y efectivamente. El día llega unos 3 años y medio después. Hoy.

Es para echarse a temblar. Pasen y vean:

"La artista irlandesa Kira O'Reilly protagonizará un atrevido "happening" artístico desnudándose en público y acariciando durante cuatro horas a un cerdo sacrificado en un matadero. El experimento la deja con un sentimiento de compasión y de identificación con el animal, (no se pierdan ripio de las siguientes palabras vomitadas por la ínclita) "como una sustitución, un doble, un gemelo, un muñeco y un yo imaginario".

En el folleto, la artista (wtf¿?¿?) insinúa que puede llegar a meterse en el cuerpo del cerdo (atención ahora, abróchense los cinturones, por la gloria de mi madre): "Cuando corto a un cerdo, siento la necesidad de hurgar en su tripa y fundirme en su carne templada de forma que su sangre y la mía alcancen la misma temperatura durante un momento".

Esta art...bueno, ella, se encuentra en Wikipedia, clasificada como "performance artist". Me consuela ver que la entrada sólo ocupa 8 líneas (hasta es posible que la haya metido ella misma con calzador y todo). Deduzco por tanto que no tiene muchos meritos, a parte claro está, de poseer el fabuloso (y, voto a bríos, extraordinario) don de tumbarse encima de un cerdo, destriparlo y fundirse anímicamente con él.

Hubiera yo querido ver a la O'Reilly en semejante tesitura, estrenando performans en algún garito artístico del DF hace una semana, o ahorita mismo sin ir más lejos. Con dos cojones y un gorrino. A ver si tenía la sangre fría de hurgar en sus vísceras, fundirse con la templada carne, y hacerse un yo imaginario con el propio chanchito. Conociendo la fortuna de seres como esta sinvergüenza, lo más probable es que el catarro cerdil hubiese contribuido a plantarla en el zénit de su carrera, ella contagiada por el temible y pandémico virus, sacrificándose a su arte, en el estertor porcino de un quasi prostrero poema gripal, apareciendo en todos los medios, sección cultura, como la genio que conmocionó a un mundo destrozado por la incertidumbre (¿pero entonces se comía los intestinos o sólo se acariciaba con ellos? ¿se contagió en la performans? ¿lo hizo por amor al gorrino o a su profesión¿ ¿Es esto zoofilia?).

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Y por último, para celebrar este último post sobre la pandemia del año (¿del siglo? c'mon...), aquí les dejo un link que he disfrutado cual enana, desde el mismísimo título. No hay palabras que puedan describir mi júbilo al descubrirlo ni para contar las lágrimas que se me saltaban de la pura risa leyendo algunos fragmentos. Ladies and gentlemen...

EL APOCALIPSIS PUERCO

2 comments:

Juanra said...

Que puerca la tía!!!!
Hay artistas que deberían pasar por el psiquiatra a lo mejor se le cambia el adjetivo tras su paso por este.
Un saludo

Bala Perdida said...

Te recomiendo el APOCALIPSIS PUERCO, no tiene desperdicio. todavía no he terminado de leerlo. pero es de flipar, en serio. Un abrazo.